El “insólito” torreón celta de Ulaca vuelve a la vida
Los arqueólogos reconstruyen en 3D la gran atalaya vetona de ocho metros de altura que dominaba las cercanías de Ávila en el siglo II a. C.


Entre los siglos. VI y II a. C., en lo que ahora es el término municipal de Solosancho (Ávila), se levantó un núcleo urbano fortificado (oppidum) de unas 60 hectáreas. En él vivían aproximadamente 1.500 personas que ocupaban 300 viviendas, lo que lo convertía en el centro vetón (una tribu céltica del centro y oeste peninsular) más importante del valle del Amblés, muy próximo a la actual Ávila. A finales del siglo XIX este gran oppidum con murallas de seis metros de altura, conocido como Ulaca, fue descubierto por los arqueólogos, pero no fue hasta principios del XX cuando comenzaron las investigaciones sistemáticas, unos trabajos que devolvieron a la luz las ruinas de un santuario, saunas rituales, un altar, viviendas, murallas y los restos de un torreón de ocho metros de altura. Esta última edificación, calificada de “insólita” por los expertos de las universidades Complutense de Madrid y
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