window.arcIdentityApiOrigin = "https://publicapi.elpais.sergipeconectado.com";window.arcSalesApiOrigin = "https://publicapi.elpais.sergipeconectado.com";window.arcUrl = "/subscriptions";if (false || window.location.pathname.indexOf('/pf/') === 0) { window.arcUrl = "/pf" + window.arcUrl + "?_website=el-pais"; }La cara B del Sevilla - Madrid: gradas vacías, protestas y rebelión en Nervión | Fútbol | Deportes | EL PAÍSp{margin:0 0 2rem var(--grid-8-1-column-content-gap)}}@media (min-width: 1310px){.x-f .x_w,.tpl-noads .x .x_w{padding-left:3.4375rem;padding-right:3.4375rem}}@media (min-width: 1439px){.a .a_e-o .a_e_m .a_e_m .a_m_w,.a .a_e-r .a_e_m .a_e_m .a_m_w{margin:0 auto}}@media (max-width: 575.98px){._g-xs-none{display:block}.cg_f time .x_e_s:last-child{display:none}.scr-hdr__team.is-local .scr-hdr__team__wr{align-items:flex-start}.scr-hdr__team.is-visitor .scr-hdr__team__wr{align-items:flex-end}.scr-hdr__scr.is-ingame .scr-hdr__info:before{content:"";display:block;width:.75rem;height:.3125rem;background:#111;position:absolute;top:30px}}@media (max-width: 767.98px){.btn-xs{padding:.125rem .5rem .0625rem}.x .btn-u{border-radius:100%;width:2rem;height:2rem}.x-nf.x-p .ep_l{grid-column:2/4}.x-nf.x-p .x_u{grid-column:4/5}.tpl-h-el-pais .btn-xpr{display:inline-flex}.tpl-h-el-pais .btn-xpr+a{display:none}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_ep{display:flex}.tpl-h-el-pais .x-nf.x-p .x_u .btn-2{display:inline-flex}.tpl-ad-bd{margin-left:.625rem;margin-right:.625rem}.tpl-ad-bd .ad-nstd-bd{height:3.125rem;background:#fff}.tpl-ad-bd ._g-o{padding-left:.625rem;padding-right:.625rem}.a_k_tp_b{position:relative}.a_k_tp_b:hover:before{background-color:#fff;content:"\a0";display:block;height:1.0625rem;position:absolute;top:1.375rem;transform:rotate(128deg) skew(-15deg);width:.9375rem;box-shadow:-2px 2px 2px #00000017;border-radius:.125rem;z-index:10}} Ir al contenido
_
_
_
_

La cara B del Sevilla - Madrid: gradas vacías, protestas y rebelión en Nervión

Parte de la afición andaluza no entró al Sánchez Pizjuán hasta el descanso y pidió la marcha de Del Nido Carrasco

Busquets Ferrer expulsa a Badé por derribar a Mbappé con la grada vacía del Pizjuán de fondo.
Rafael Pineda

“Las puertas del estadio permanecerán abiertas hasta el descanso por motivos de seguridad”. Así sonaba, una y otra vez, la megafonía del Ramón Sánchez Pizjuán en la previa del choque ante el Madrid. El motivo, la protesta de la afición del Sevilla por la deficiente temporada de su equipo y la gestión del consejo de istración del club. Muchos aficionados sevillistas decidieron entrar al descanso del partido para mostrar su disgusto. El estadio sevillista mostró un aspecto desolador al inicio del encuentro, impropio de un duelo entre el Sevilla y el Madrid. “Ha sido un partido complicado de jugar por el ambiente y también por la superioridad numérica que tuvimos, pero logramos el objetivo de ganar sin demasiado esfuerzo”, afirmó Carlo Ancelotti. El técnico del Madrid se refirió también al futuro de Modric: “Todo el mundo lo quiere. El club y el jugador tomarán la mejor decisión para su futuro”.

Bastantes socios cedieron su asiento y se marcharon a la playa; otros secundaron la protesta y hubo un momento en que se veían más camisetas del Madrid en la grada que del Sevilla. Jamás el himno del club fue cantado por tan pocos sevillistas y el hueco en el gol norte, la ubicación de los Biris, fue inmenso. En el primer tiempo, la protesta de los ultras fuera del campo se escuchaba en el interior en un escenario surrealista. Al descanso, los Biris ocuparon su zona y con ellos muchos sevillistas. Bastantes portaban una camiseta amarilla como emblema de la protesta y globos del mismo color.

Las protestas fueron masivas en la segunda mitad del partido. En el minuto 67, el lanzamiento masivo de los globos amarillos y las cartulinas provocó que el colegiado Busquets Ferrer detuviera el choque unos instantes. El club andaluz se quedó con nueve jugadores y el sevillista siguió mostrando su hartazgo en un ambiente muy hostil para los dirigentes del Sevilla. La bronca se recrudeció también al final de este partido tan extraño.

El club andaluz vive una situación explosiva. La gestión del presidente José María del Nido Carrasco es repudiada por la afición y se viven situaciones de alto riesgo. El presidente y el director deportivo, Víctor Orta, han recibido amenazas personales y no pueden salir por la calle en Sevilla. La situación accionarial del club está bloqueada porque las cuatro familias sevillistas que se reparten la mayoría de las acciones tienen que vender de manera conjunta su paquete accionarial.

Además, José María del Nido Benavente, expresidente del club y máximo accionista, bloquea cualquier salida al pedir más que nadie por sus títulos. Aun así, se perfilan algunas soluciones para comprar las acciones y encontrar una vía de escape. Pero no es fácil y hay que poner de acuerdo a muchas personas. Mientras esto ocurre, el club malvive en lo deportivo y Del Nido hijo se enroca en el poder peleado con su padre a pesar de la repulsa unánime de la afición.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad , así podrás añadir otro . Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Rafael Pineda
En EL PAÍS desde 2009 en la sección de Deportes como redactor. Licenciado en Periodismo en la primera promoción de la Facultad de Sevilla (1989-1994). 31 años analizando la actualidad deportiva desde 1994 en 'El Correo de Andalucía' hasta 2009 y luego en EL PAÍS. Informando en ocho Mundiales de Fútbol y ocho Eurocopas.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_