
Doce cosas que cambiarán tu trabajo (aunque te cueste creerlo)
La revolución tecnológica traerá consigo el uso de nuevas herramientas y la generalización del teletrabajo o los horarios reducidos



De hecho, parece mentira que aún no lo sea, pero todavía hay muchos “líderes” que dedican su jornada a controlar que se hagan las cosas exactamente “a su manera” y el teletrabajo no encaja con su estilo de gestión ni de supervisión.
Para sobrevivir a los nuevos tiempos, todos ellos deberán dar un giro de 180 grados a su estilo de gestión, porque cuando tenemos más autonomía somos más productivos e innovadores. De acuerdo a la investigación científica que hay detrás, el teletrabajo refuerza el compromiso con la organización, el rendimiento y, por si fuera poco, supone un ahorro de costes de 1.200 € por trabajador al año.
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La pasión es buena para los negocios. Solo el 13% de los trabajadores se sienten comprometidos con su trabajo, según un informe de Gallup. Expertos como el doctor Gary Hamel (profesor de Harvard y de la Universidad de Michigan entre otras) destacan que la pasión explica el 35% del éxito de cualquier cosa que hagamos.
La pasión debe ser considerada como una ventaja competitiva. De hecho, cada vez son más las empresas que lo están entendiendo e incluso lanzando acciones concretas para fomentarla dentro de su seno. Es la razón por la que, cuando me preguntan cómo veo el trabajo del futuro, no tengo ninguna duda, lo veo cargado de pasión porque lo contrario está condenado al fracaso.
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Nos hemos acostumbrado a una jornada laboral de ocho horas que al final, muchas veces, pasa a ser de 10, de 12 e, incluso, de 14 horas, y nos parece algo tan normal. En realidad, nos resta mucha productividad.
El gobierno sueco realizó pruebas para averiguar el impacto de establecer una jornada de solo seis horas, obteniendo buenos resultados: aumento de la productividad, mejora de la salud cardiovascular y una reducción del absentismo a la mitad. Todo esto acompañado, por supuesto, de la generación de nuevos puestos de trabajo. A su gobierno no le está resultando fácil implantarlo a nivel general porque, aunque los suecos quieren conciliar más, aún no están dispuestos a que se les reduzca el salario de forma proporcional.
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Si la diversidad es rentable y las empresas persiguen la rentabilidad, que lleguemos a construir un entorno de verdadera diversidad (edad, sexos, razas, etcétera) solo puede ser una cuestión de tiempo. Lo contrario no tiene ninguna lógica empresarial y por lo tanto es insostenible.
Utilizaré, para ponerlo en perspectiva, los datos de la “rentabilidad femenina”. Según el informe de PWC Las mujeres y el mundo del trabajo, citado por instituciones como el FMI, la incorporación efectiva del talento femenino al mercado laboral (cada vez más tecnológico) traería consigo un crecimiento para Estados Unidos del (nada despreciable) 5%, cifra que ascendería hasta el 9% para el caso de Japón, el 12% en Emiratos Árabes Unidos, llegando a alcanzar el 34% en países como Egipto. Seguir así no es rentable, no es eficiente y no es socialmente sostenible.
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