Franco j1m5t

Lo que queda del franquismo 5w1628
En un portal, a 400 metros del estadio Santiago Bernabéu, en el número 11 de la avenida de Concha Espina (Madrid) se lee: “FNFF”. En la tercera planta de ese edificio está la fundación dedicada al dictador, siete habitaciones repletas de bustos y vestigios de cuatro décadas de dictadura d554v
¿Quién pone flores frescas en la tumba del dictador? z1g53
Secretos, verdades y mentiras del Valle de los Caídos: ¿Qué dice el cura en las misas de la basílica?, ¿quién manda allí?, ¿se pueden trasladar los restos de Franco?, ¿Hay un hombre vivo enterrado en el Valle?...

Una larga y cruel agonía 5a6xk
En poco más de un mes, y con 82 años en su castigado cuerpo, Franco sufrió varios infartos y tres operaciones a vida o muerte. Juan Goytisolo evocó así la muerte del Generalísimo: "Era torturado cruelmente por una especie de justicia médica compensatoria de la injusticia histórico-moral que le permitía morir de vejez, en la cama"
Un paseo por Barcelona 2t413a
"En una Demostración Sindical organizada por el Gobierno el Primero de Mayo, Franco pasó por delante de mí, a menos de un metro de distancia. Fue algo fugaz e inverosímil"
Las huellas en Madrid 2o2ws
El paseo de la Castellana acogió sus desfiles militares, el hospital de La Paz su agonía. Un recorrido por los edificios madrileños que tuvieron relación directa con el dictador

El ocaso del dictador 6y2n45
La ley de Memoria histórica 5s3bb
(Articulo 1)
“La presente Ley tiene por objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación de su memoria personal y familiar”

Tal como éramos 2h4y45
La vida de los españoles en 1975 cambiaba vertiginosamente entre manifestaciones, detenciones, ejecuciones, protestas, secuestros de periódicos, suspensiones de conciertos... Tiempos en los que el mundo parecía moverse bajo los pies. Así lo recordó la escritora Rosa Montero, a los diez años de la muerte de Franco, en el periódico EL PAÍS