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Cartas a la directora
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Mucha pantalla, poco pensamiento

Los lectores escriben sobre la educación, la desesperanza juvenil, el dolor por los demás y los megafichajes futbolísticos

Una joven consulta su teléfono móvil.

Vivimos en una época en la que la inmediatez reina, y contrastar parece una pérdida de tiempo. En medio de este torbellino digital, ¿estamos olvidando cómo pensar? Cuando las fake news intoxican nuestros sentidos, la educación debería ser el antídoto contra los disparates que se camuflan como libertad de expresión y la herramienta para fomentar el pensamiento crítico. Sin embargo, estamos priorizando el uso de dispositivos electrónicos en las aulas a expensas de una verdadera competencia digital. Si dejamos de fomentar el almacenamiento y la comprensión de conocimientos fundamentales como la historia, la literatura o la filosofía, ¿cómo vamos a tejer pensamientos críticos sin hilos fuertes con los que entrelazar y dar forma a nuestras ideas?

Marta Mozola Ruzhytska. Priego de Córdoba

Indignado

Así es como me siento mientras compagino trabajo y estudios y compruebo que independizarme de mis padres y acceder a una vivienda parece una utopía en España. Al igual que muchos jóvenes, no busco riqueza, sino unas condiciones laborales que me permitan vivir dignamente. Condiciones en las que el trabajo no sea un ladrón de tiempo, sino un medio para sufragar gastos y vivir con tranquilidad. Dicho de otro modo: trabajar para vivir, no vivir para trabajar.

Beneharo Guijarro Hernández. Santa Cruz de Tenerife

Me rompo en mil pedacitos

Hay días en los que, al leer según qué noticias, me rompo en mil pedacitos. De repente, me siento mal por estar bien, por tener la vida que tengo. Y me doy cuenta de que, mientras haya tanto sufrimiento, jamás existirá eso de la “felicidad absoluta”. Sí, hay temporadas en las que dejo de observar y escuchar y, claro, me siento “mejor”. Pero eso es mentira. Hay noticias que resuenan más que otras, y otras que jamás se llegan a escuchar, pero sufrimiento hay todos los días. Más cerca, más lejos. Te toca más, te toca menos. Pero está. Si eso del sentido de la vida es verdad, si es cierto que a veces (o, mejor dicho, para algunas personas) la vida es bella, ¿cómo se es feliz sin olvidar ese dolor que nunca desaparece? Y lo que es más importante: ¿qué tenemos en nuestra mano para paliar ese dolor? Aunque esté lejos, aunque parezca que no podemos hacer nada. Porque seguro que algo, por pequeñito que sea, se puede hacer. Si no, esto sí que no tiene sentido.

Irene Marco Gabarre. Madrid

La renovación de Lamine Yamal

El fútbol de élite de hoy es un negocio potente más allá del terreno de juego. Genera publicidad, promociones, merchandising…, incluso negocios inmobiliarios. La intergaláctica renovación de Lamine Yamal resulta natural en estas circunstancias. Pero creo que un club alcanza relieve cuando precisamente hay equipo, cuando el vestuario está compacto en torno a los objetivos del club. Y no creo que pagar una millonada estratosférica a unas pocas individualidades ayude a sostener la necesaria sintonía. Esas cifras son incluso obscenas socialmente. No creo que así se configure vestuario.

Enrique López de Turíso. Vitoria

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