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Ciudad de México
Tribuna
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La Ciudad de México: entre la utopía y la distopía

Por la constante amenaza del crimen y porque la violencia asfixia, nos duele por la distopía en la que frecuentemente parece que vivimos

Clara Brugada durante la conferencia de prensa en la que abordó el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, el 20 de mayo en Ciudad de México.

Ayer, a plena luz del día, en una avenida altamente transitada de la capital de nuestro país, un asesino esperó durante diez minutos a sus víctimas y con toda premeditación disparó contra Ximena Guzmán y José Muñoz, colaboradores cercanos de la jefa de Gobierno, Clara Brugada.

El asesinato de ambos funcionarios consternó a la ciudadanía y nos duele a muchos. Por ellos, por lo valioso de sus vidas, por sus aportes como servidores públicos, por la constante amenaza del crimen, porque la violencia asfixia… nos duele por la distopía en la que frecuentemente parece que vivimos.

A lo largo del día, simpatizantes de su gobierno publicaron innumerables mensajes que terminaban diciendo “No nos robarán la utopía”, en referencia a una de las más grandes apuestas de Clara Brugada: las Unidades de Transformación y Organización para la Inclusión y la Armonía Social: Utopías.

Cuando fue Alcaldesa de Iztapalapa, invirtió en la creación de 14 de ellas. Las Utopías son espacios públicos en los que hay centros de día para adultos mayores, clínicas de rehabilitación para personas con discapacidad y clínicas para tratar adicciones de manera gratuita, psicólogos y abogados para atender la violencia doméstica, comidas y lavanderías a precios muy económicos, talleres de oficios y capacitación laboral, así como una amplia oferta para la formación cultural y deportiva para infancias y juventudes. Hasta temazcales, juegos acuáticos, pista de hielo, mariposarios y orquidiarios tienen.

Frente a la violencia, Clara Brugada apostó por la convivencia. Entendió muy bien que la violencia emerge donde no hay cultura, ni disfrute, ni cuidados. En una ciudad elitista y centralizada, ella apostó por llevar todo esto a la periferia y a las poblaciones empobrecidas. Mucho del apoyo popular que tiene la jefa de Gobierno está basado en esa apuesta.

Más allá del respaldo a la política de la Jefa de Gobierno, me gusta pensar en la frase “No nos robarán la utopía” como forma de rechazo y resistencia social que se opone a los distópicos, los asesinos, los violadores, los traficantes de drogas, armas y personas, los torturadores, los políticos corruptos que hay en todos los gobiernos y en todos los partidos, los funcionarios que abusan del poder, los ciudadanos que hacen trampa, los que humillan o los que se alegran con las desgracias de sus adversarios, los que nos quieren a todos asfixiados.

Seguramente a Ximena y a José les movía esa misma utopía, por eso la frase socializada en redes tiene tanto sentido.

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